Una contribución a las tesis sobre la pérdida de la centralidad del trabajo plasmado en el documento de Euskal Herriko Kontseilu Sozialista.
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1. A vueltas con el trabajo
Las diferencias teóricas no son nunca superfluas. Muy al contrario: el esclarecimiento teórico de la coyuntura, de la naturaleza y de los objetivos del movimiento revolucionario constituye —con tanta mayor importancia en estos tiempos de dispersión ideológica— una necesidad vital para reconstruir la vigencia política del comunismo. Como reza un famoso dicho atribuido a Lenin, «un milímetro de diferencia en la teoría se transforma en kilómetros de distancia en la política».
Por fortuna, parece que, tras un período de esterilidad teórica generalizada, la irrupción de nuevos actores en el movimiento comunista del Estado español comienza a sacudir la pereza intelectual de nuestro entorno. El ímpetu de ciertos sectores juveniles por la rearticulación de un proyecto revolucionario ha ido cobrando forma, durante los últimos años —y, por el momento, fundamentalmente dentro de las fronteras del Estado español—, en la génesis del Movimiento Socialista (MS). Aunque, dada su juventud, los límites ideológicos y organizativos del MS resultan todavía porosos, ciertas posiciones comienzan a perfilarse nítidamente sobre el fondo de su proyecto político.
En este sentido, la presentación del Consejo Socialista de Euskal Herria (EHKS), destinado a fungir como órgano de dirección política, referente y portavoz del MS, ha venido acompañada por la publicación de un primer documento público de carácter programático: la Nueva estrategia socialista.
En un movimiento comunista dominado por el sectarismo, el dogmatismo y el fetichismo de las siglas, este breve documento ha suscitado toda una serie de reacciones negativas, no siempre caracterizadas por la honestidad y el rigor deseables. Especialmente polémica ha resultado la idea de que el trabajo —piedra angular de la teoría y la práctica comunistas durante el último siglo y medio— ha perdido su antigua centralidad en el entramado de la producción capitalista. Incluso el Secretario General del PCTE, principal formación “ortodoxa” del marxismo-leninismo español, tuvo a bien ofrecer una contundente respuesta contra esta tesis a través de sus redes sociales.
Pero, ¿a qué tanto revuelo? ¿Qué se juega realmente el movimiento comunista con la «pérdida de centralidad del trabajo»? ¿Cuáles son sus implicaciones políticas? La respuesta a dichas preguntas queda fuera del foco de este documento. Nuestro objetivo, más modesto, se reduce aquí a la discusión de un único problema: ¿qué hay de cierto en la afirmación del EHKS sobre la obsolescencia del trabajo en el marco de la sociedad capitalista actual?