¡Todo el poder para la clase obrera!
Nuestras vidas por encima de sus intereses

2023-06-27T15:41:30+02:0025 de abril, 2022|Actualidad|

La crisis económica, fruto del funcionamiento del modo de producción capitalista, es una realidad que lleva sufriendo la clase obrera de forma sistemática y golpeará con fuerza a las trabajadoras de los países occidentales.

La llamada política de austeridad impuesta por la Unión Europea, el BCE y el FMI, y aplicada sin cuestionamientos por los Estados miembros tras la crisis del 2008, no sólo no revirtió la situación de inestabilidad de la clase obrera sino que la agudizó, en favor de las rentas del capital. Los efectos de esta crisis siguieron activos y se recrudecieron con la pandemia del Covid-19 debido a la paralización de buena parte de la producción y su repercusión en los flujos financieros.

Para combatir el nuevo escenario de crisis económica, los Estados occidentales han puesto en marcha una serie de medidas que no tienen otro objetivo que salvaguardar los beneficios y las rentas del capital, nuevamente. Mientras el Estado financia con dinero público a las grandes empresas del IBEX a través del reparto de Fondos Europeos, mientras se protege a los propietarios que especulan con la vivienda, para la mayoría de la población tienen otras recetas: inflación, consolidación de las anteriores reformas laborales que abaratan el despido y facilitan los EREs, creación de nuevos ERTEs que precarizan las relaciones laborales e impulsan la reconversión industrial de la mano de la digitalización, desmantelamiento progresivo de los servicios públicos típicos de los Estados del bienestar, privatización de pensiones y del sistema de salud pública.

Pero la clase burguesa también tiene otro tipo de recetas. Nada mejor que una guerra para estimular los beneficios y la influencia de las grandes multinacionales de la industria militar, nada mejor que ahogar la economía y a la clase obrera de los Estados que desafían -aunque sea parcialmente- el dominio del capital imperialista de Occidente. No es de extrañar que algunos países de la OTAN como Alemania o el propio Estado español, escudándose en la amenaza bélica, hayan anunciado un aumento de partidas públicas para fines militares, un aumento presupuestario que en realidad está destinado a satisfacer las exigencias de EEUU, que persigue desde hace años contrarrestar el auge del poder económico e internacional de Estados como China a través de alianzas económico-militares en Europa.

Y en esta coyuntura marcada por la inestabilidad geopolítica, la inflación y el fortalecimiento de la explotación laboral son sostenidas, la socialdemocracia, lejos de denunciar esta situación, la refuerza desde el Gobierno y con apoyo de los grandes sindicatos CCOO y UGT. Apelan al sentimiento nacionalista para que “rememos todos juntos” en la misma dirección, cuando con cada crisis, las trabajadoras somos las única que nos vemos obligadas a remar mientras los capitalistas nos ahogan y se amarran al bote.

Por eso decimos alto y claro: ¡no en nuestro nombre! ¡NO a sus planes! Pero esto no basta: necesitamos organizarnos para hacer realidad nuestros intereses como clase explotada, profesionalizar nuestra militancia para hacer frente al capital, que nos lleva décadas de ventaja. La clase obrera tiene que organizarse y prepararse para combatir al capital sin aceptar el marco legalista y represivo del Estado burgués, para frenar la barbarie que llevan imponiendo los amos del mundo desde hace siglos, para destruir las instituciones y las relaciones sociales capitalistas y conquistar el poder político.

¡Abajo el imperialismo!
¡Todo el poder para la clase obrera!

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