Rusia, Ucrania y la desmemoria

2022-02-25T14:58:45+01:0025 de febrero, 2022|Actualidad|

Llamamiento para la construcción de la organización comunista frente los intereses imperialistas de la OTAN y el Estado español

A la luz de los datos con los que contamos, demasiado generales, y con el ensordecedor ruido mediático al que nos mantienen sometidos, resulta difícil hacer un pronóstico de lo que sucederá tras la entrada de Rusia en Ucrania. La rápida y sorpresiva intervención del Ejército ruso ha puesto en jaque a los países occidentales miembros de la OTAN que han abandonado a su pupilo Volodímir Zelenski con la burda excusa de que Ucrania no es un país miembro de la OTAN. Lo cierto es que Rusia no es la Yugoslavia de 1999 -cuando los principios de soberanía e integridad no parecían tan importantes para Occidente- y que EEUU ha perdido la hegemonía militar que les permitía hacer y deshacer a su antojo por todo el planeta.

Veremos cómo se desarrollan las operaciones rusas en los próximos días, pero resulta difícil imaginar un escenario de control permanente. Desde luego, el golpe sobre la mesa está dado, y el ofrecimiento ruso a la autodeterminación de territorios rusófonos en Ucrania ya nos da una pista sobre el desenlace del conflicto. De hecho, probablemente sea el único desenlace posible, en términos de paz, para un Estado plurinacional, (Ucrania), que desde 2014 ha desarrollado unas políticas criminales y supremacistas comparables a las de Israel contra el pueblo palestino.

Es un hecho que la guerra ya estaba instalada en Ucrania desde el golpe del Euromaidan, que Ucrania ha pisoteado desde el principio los acuerdos de Minsk y que la situación del Donbass ha sido dramática, – trece mil muertos, según datos que no provienen de Rusia- por lo que resulta sorprendente que ni los medios de comunicación ni buena parte de la izquierda española, remarque los antecedentes de esta intervención rusa y que se apresuren a condenar desde un buenismo tan ingenuo como útil a los intereses del imperialismo.

Si bien la guerra es un hecho aterrador que a cualquier ser humano debería revolver el alma, esta intervención supone una bofetada de realidad para el bloque imperialista europeo y, especialmente, para los EEUU, que han tensado la cuerda hasta romperla, ya desde 2014.

Han cambiado las reglas del juego, y aunque todavía en el S.XXI hemos sido testigos de guerras criminales, como la invasión de Libia en 2011, la realidad parece tener otra lectura mediática cuando el que toma la justicia por su mano y defiende sus intereses no son los EEUU o el imperialismo europeo.

Lo único que podemos asegurar es que la guerra es una consecuencia inevitable del desarrollo del capitalismo, y que mientras el mundo no supere definitivamente este modelo, habrá guerras donde la clase obrera sólo puede sufrir si no construimos una organización comunista de referencia para las masas. Y es que tras este este golpe al bloque imperialista europeo, la clase trabajadora se encuentra sin la organización revolucionaria que pueda aprovechar la coyuntura en favor de sus intereses. No demoremos más esta tarea, la de dotarnos de esta herramienta imprescindible para la victoria final del socialismo sobre el imperialismo, de la paz sobre la barbarie. En palabras de Fidel: «Desaparezca la filosofía del despojo y habrá desaparecido la filosofía de la guerra».

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