Un nuevo estallido de la lucha de clases en Francia: el movimiento “Bloquons tout”

2025-09-11T22:02:39+02:0011 de septiembre, 2025|Actualidad|

El 10 de septiembre de 2025, Francia amaneció con barricadas, bloqueos y una ola de protestas masivas bajo la consigna “¡Bloqueemos todo!” (Bloquons tout). Este movimiento, nacido en las redes sociales y extendido rápidamente ha recibido el apoyo de sindicatos combativos y organizaciones políticas de izquierda, y expresa de forma directa la lucha de clases en un país golpeado por años de austeridad, autoritarismo y crisis social.

En este contexto, el detonante inmediato fue el plan de recortes de 43.800 millones de euros anunciado por el Gobierno de François Bayrou, caído recientemente tras perder una cuestión de confianza. Pero el malestar es más profundo: la precarización laboral, los recortes en servicios públicos, el aumento del coste de vida y la reforma de pensiones forman parte de una ofensiva constante de la burguesía contra la clase trabajadora.  “Bloquons tout” es la respuesta  de los trabajadores que ven cómo el capital y sus gestores —ya sea Macron, Bayrou o el recién nombrado Lecornu— atacan sin piedad sus condiciones de vida.

El movimiento bebe de las experiencias de lucha de los últimos años: los chalecos amarillos, la huelga contra la reforma de las pensiones, las movilizaciones sectoriales de estudiantes, ferroviarios o sanitarios. Esta vez la clase trabajadora aparece más auto-organizada y con voluntad de unificar luchas dispersas en un mismo frente de combate, con una consigna clara: paralizar el país.

En las barricadas y manifestaciones de París, Lyon, Marsella, Rennes y numerosas ciudades se han encontrado estudiantes, trabajadores precarios, empleados públicos, ferroviarios, pensionistas y antiguos chalecos amarillos. La CGT y otros sindicatos llamaron a la huelga, mientras que numerosas organizaciones políticas apoyaron el movimiento y la organización de las acciones.

Las acciones han sido múltiples y con una línea muy combativa: manifestaciones multitudinarias, bloqueos de carreteras, institutos, universidades y estaciones de tren, ocupaciones, huelgas en transportes y servicios públicos, boicot al consumo y choques con la policía en varias ciudades. Frente a ello, el Estado burgués desplegó 80.000 agentes, blindados, drones y helicópteros, preparando la represión desde semanas antes. La jornada terminó con más de 500 arrestos y centenares de heridos, prueba de que el aparato represivo de la burguesía se refuerza después de cada ciclo de lucha.

Pero la clase trabajadora francesa no retrocede. Aprende de sus derrotas, de los chalecos amarillos o de la lucha contra la reforma de las pensiones, y vuelve a levantarse con más determinación. “Bloquons tout” retoma ese legado, intentando añadir un elemento nuevo: la unidad entre el descontento espontáneo y la organización sindical y política que en esta ocasión se ha sumado a un movimiento nacido fuera de los marcos institucionales. Esto ha permitido organizar centenares de asambleas para preparar las acciones con meses de antelación por ciudades y regiones de toda Francia.

Tras el éxito del 10 de septiembre, la huelga general convocada para el 18 de septiembre será un nuevo punto de inflexión. Su resultado dependerá de la capacidad de la clase trabajadora para profundizar la autoorganización, mantener la combatividad y avanzar hacia formas superiores de lucha.

Sin embargo, para vencer no basta con resistir: es necesario que la clase obrera construya una herramienta política propia, un partido comunista revolucionario que unifique las luchas y les dé una perspectiva estratégica contra el capital y su estado.

W. Reutberg

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