Los intereses del capital occidental

2023-05-27T20:40:22+02:0015 de mayo, 2023|Actualidad|

La posición de los comunistas ante las guerras no debe provenir de apreciaciones morales, por quién disparó el primer tiro o la agenda mediática.

Para entender mejor el conflicto en Ucranía hemos traducido el artículo «Los intereses del capital occidental» de los camaradas de Rabochiy Front Ukrainy (RFU – Frente Obrero de Ucrania) una organización comunista clandestina ucraniana.

En este artículo determinan que las causas de la guerra son fundamentalmente económicas y que están directamente vinculadas a los intereses que tiene el capital occidental en Ucrania tras el colapso de la URSS.

Recordándonos la responsabilidad que tenemos los comunistas de los países occidentales de enfrentarnos sin excusas al imperialismo de nuestras propias burguesías. Este es nuestro compromiso con el internacionalismo proletario.

Iniciativa Comunista

Por: Zheka Buynyi (8 de julio de 2022)
Publicado en: https://rfu.red (1)
Traducido por: Iniciativa Comunista (mayo de 2023) (2)

Introducción

Ucrania, como el resto de los países post-socialistas en la década de los años 90, se enfrentó a una formación económica y política que para los ciudadanos soviéticos era nueva, pero que, esencialmente, era atrasada: el capitalismo. Se trató de una especie de paso atrás que legitimaba el principio fundamental del sistema capitalista: la coacción económica, la explotación del trabajador. Esto sucedió al devolver el derecho a la propiedad privada, que divide de hecho a la sociedad en dos clases opuestas: la burguesía – propietarios de los medios de producción – y el proletariado – clase de trabajadores asalariados -. La principal diferencia entre estas clases radica en la propiedad de los medios de producción.

Los proletarios son la clase de los trabajadores modernos que sólo pueden existir cuando encuentran trabajo, y sólo pueden encontrarlo mientras su trabajo aumente el capital de la burguesía, en esto consiste la coacción económica. Los trabajadores, obligados a venderse individualmente, son tan mercancía como cualquier otro objeto de comercio, por ello están sujetos a todas las contingencias de la competencia y a todas las fluctuaciones del mercado.

Por eso la propiedad privada de los medios de producción separa a las personas, las pone a competir entre sí por los puestos de trabajo, las obliga a luchar por un salario y las coloca así en una relación hostil, antagónica.

Entonces, ¿qué es Ucrania hoy y por qué la encuentra interesante no sólo el capital ruso – geográficamente más cercano – sino también el capital occidental?

En primer lugar debemos averiguar qué es lo que tiene Ucrania de interesante y valioso. Nosotros, los ucranianos, muy probablemente, no nos damos cuenta de los intereses materiales egoístas tras los juegos políticos que escapan de nuestra atención. La mayoría de la gente vive y ni siquiera piensa en la situación fundamental del país (el funcionamiento de la economía) hasta que las contradicciones del sistema capitalista no afectan a cada uno personalmente.

Legado industrial de la RSSU (3)

En este punto sería apropiado recordar el legado soviético de la RSSU y su industria: desarrollados complejos industriales de combustible y energía, químicos, metalurgia, fabricación de maquinaria, forestal, construcción, industria ligera y de alimentación.

Así, el complejo energético constaba de 276 minas de carbón, 8 refinerías de petróleo, 12 centrales térmicas, 6 centrales hidroeléctricas y 5 centrales nucleares.
En el año 2022 quedaban 4 centrales nucleares, ya que la central nuclear de Chernóbil sigue existiendo, pero desde el año 2000 no tiene ninguna unidad generadora de energía en funcionamiento.

En el campo de la industria química se encuentran la minería y la química básica, así como la química de síntesis orgánico. Incluyen la extracción de potasa y sal de roca, azufre y fosforitas; producción de potasio, nitrógeno, fosfato y otros fertilizantes.

El complejo metalúrgico, atribuido a las cuatro grandes cuencas de mineral de hierro y siete complejos de extracción y transformación. También hay yacimientos de manganeso, piedra caliza, dolomita, metales comunes y líquidos, mercurio, plomo, zinc, titanio, circonio, níquel, cobalto, magnesio y aluminio.

El sector ucraniano de la fabricación de maquinaria es uno de los más desarrollados. Representa el 40% del potencial industrial, el 18% del valor total de los activos de producción, el 25% de los empleados y el 29% del volumen total de producción industrial. La industria ucraniana de fabricación de maquinaria consta de más de 20 ramas y está representada principalmente por la ingeniería pesada, la ingeniería de transporte y la ingeniería eléctrica de equipos de precisión.

Sobre la base de lo anterior, podemos ver que los empresarios ucranianos han recibido enormes complejos desarrollados de la industria ligera y pesada. Por ello, desde 1991, es decir, con el colapso de la URSS y la famosa privatización de los años 90, una gran parte de la economía nacional ha atraído la atención no sólo de los empresarios ucranianos y rusos, sino también de los oligarcas occidentales. Comenzaba así un robo a los trabajadores sin precedentes en la historia de la humanidad, en un instante miles de millones de activos pasaron a la propiedad privada de los hombres de negocios.

Vector político

Con la transición de la base, es decir, con la transición de la producción de bienes hacia una base capitalista, se produjeron cambios políticos. La esfera de la política se dividió en 2 partes: pro-occidental y pro-oriental.

La primera se orientaba hacia la asociación con Occidente y, en especial, con la Unión Europea; la segunda, por el contrario, estaba interesada en preservar las relaciones entre Ucrania y Rusia. Las visiones y orientaciones de unos u otros políticos se reflejaban también en el apoyo entre la población. Dependiendo de la situación geográfica de la región y, por tanto, de su orientación exportadora, la primera o la segunda postura recibía apoyo en el Oeste (se prefería el rumbo de la UE) o en el Este (la mayoría de la población y los oligarcas locales se sentían más atraídos por Rusia). Esto puede verse en los resultados de las elecciones presidenciales de 2004 y 2010.

Las constantes contradicciones entre los oligarcas occidentales y orientales, en aras de obtener el mayor beneficio, han convertido a Ucrania en un apéndice de materias primas que ahora está bajo el control de Occidente, pero Oriente (representado por la Federación Rusa) usa la fuerza para devolvernos a su esfera de influencia. Lo podemos comprobar viendo la exportación de metal y su consumo interno. Las exportaciones de metales ferrosos para 2021 sumaron 19,63 millones de toneladas, mientras que el consumo interno fue de 1,36 millones de toneladas. Esto significa que en Ucrania se fabrican pocos productos de alta tecnología, la mayor parte del metal se exporta como materia prima. Los principales mercados de exportación de productos metálicos ucranianos son los países de la Unión Europea, los países de Europa y los países del NAFTA (Tratado de Libre Comercio de América del Norte). También hay una tendencia a vender empresas a compañías occidentales. Un ejemplo es la planta siderúrgica de “Kryvorizhstal” y su nuevo propietario “Mittal Steel Germany”. También podemos mencionar la planta de mineral de hierro Zaporizhya, cuyo paquete mayoritario de acciones pertenece a “Minerfin, a.s.” y «KSK Consulting, a.s.».

La producción de alta tecnología en el mundo moderno es el área más rentable, pero, lógicamente, en su mayoría pertenece a oligarcas occidentales. Dicha producción requiere gas neón, que también se extrae en Ucrania. Por ejemplo, Ingas, de Mariupol, cuyo principal beneficiario es Sergey Vaksman, y Kryoin, de Odessa, propiedad de Aleksandr Shishov… estas plantas producen la mitad del consumo mundial. Antes de la guerra, Ingas producía entre 15.000 y 20.000 metros cúbicos de neón al mes, que enviaba a diversos clientes de Taiwán, Corea del Sur, China, Estados Unidos y Alemania. Alrededor del 75% del neón se destinaba a la producción de microchips. En cuanto a la planta Kryoin, con sede en Odessa, sintetizaba de 10 a 15 mil metros cúbicos de neón al mes. Era imposible que los oligarcas occidentales dejaran desatendido un recurso tan valioso, no podían dejarlo caer en manos de la competencia.

El sector agrícola

Uno de los sectores más importantes de la economía ucraniana es la agricultura, con una cuota del 9,27% del PIB total. Además, las exportaciones agrícolas representan el 45% del total de las exportaciones ucranianas. Como vemos, el sector agrícola es bastante rentable y ocupa un lugar importante en la economía de nuestro país, lo que significa que también atrae mucha atención de los «socios» occidentales.

Una de las mayores empresas nacionales es Kernel, bastante rentable y con una considerable cuota de mercado de 510 mil hectáreas de tierra. Las exportaciones totales de Ucrania a los mercados extranjeros en 2018 ascendieron al 35%. En general, esta empresa está orientada a la exportación.

Es necesario señalar la dependencia de este holding agrícola de la oligarquía occidental, por lo que los capitalistas occidentales tienen influencia en el mayor productor agrícola de nuestro país. En 2019, Kernel acordó con un grupo de bancos europeos aumentar y prolongar por un año la línea de crédito por 290 millones de dólares, en 2021 Kernel tuvo que aumentar de nuevo la línea de crédito, ya a 420 millones de dólares.

Al depender de la voluntad de los «socios occidentales», que suministran armas, préstamos y compran productos agrícolas a cambio de divisas, el gobierno ucraniano hace concesiones y permite que los «inversores» occidentales roben abiertamente a los campesinos ucranianos que, al final, no tienen otra alternativa que vender sus tierras. Pero luego se da la paradójica situación en la que estos campesinos se ven obligados a alquilar sus antiguas tierras en condiciones que no les benefician. En primavera, a esto se suman los acuerdos monopolistas de los minoristas de combustible y los bancos que «apoyan» a los productores de alimentos ucranianos mediante préstamos y combustibles extraordinariamente caros. Luego, en otoño, en la época de la cosecha, vienen los compradores de productos agrícolas monopolistas y “socialmente responsables” junto a los vendedores de combustible: fijan precios exiguos para la compra de las cosechas y, de nuevo, precios demenciales para el combustible, lo que termina devaluando por completo el esfuerzo de los trabajadores agrícolas.

Hoy en día se puede ver claramente cuán importante es el problema de la crisis alimentaria en el mundo. Si el hambre no amenaza a Europa surge la pregunta de por qué el bloque occidental está tan preocupado. El problema del hambre en los países periféricos supone una amenaza para el control de esos países. Los problemas de abastecimiento alimentario provocarán inestabilidad política en los países pobres, lo que repercutirá negativamente en los países del centro. Es precisamente el control de los países del centro sobre los países de la periferia lo que hace que sea posible un intercambio económico desigual entre ellos. Precisamente por ello, los Estados pobres quiebran y los ricos concentran el capital. Resulta que bajo el capitalismo nadie salvará de buena fe a los débiles, en todas partes como siempre el capital y sus intereses son lo primero.

Como podemos ver, el capital occidental prácticamente ha suplantado y conquistado al capital nacional. Por eso se vuelve necesario proteger sus inversiones en Ucrania. El creciente apoyo militar a Ucrania por parte del bloque occidental atestigua el dominio del «Tío Sam». Y uno de los principales canales de apoyo es Lend-Lease, una ley similar a la aprobada en 1941-1945. Ucrania en virtud de esta ley recibirá asistencia militar y financiera. El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, también solicitó al Senado 33 mil millones de dólares en apoyo financiero adicional para Ucrania. Pero hay que entender que en el sistema económico actual los oligarcas occidentales no proporcionarán armas y apoyo financiero a cambio de nada. Así, su ayuda en un 95% consta de préstamos que habrá que devolver.

Conclusiones

En consecuencia, podemos concluir que Ucrania está pasando de ser un país desarrollado con una industria bastante potente a un país apéndice exportador de materias primas. Ucrania tuvo la oportunidad de convertirse en un líder regional, pero desde su independencia no ha sido capaz de lograr un crecimiento económico sostenible ni cambios estructurales ni una mejora del nivel de vida de la población. El abandono de la regulación de la economía planificada sumió al país en una turbulenta ingobernabilidad en todas las esferas de la vida y provocó la caída de la economía nacional en un pozo sepulcral del que – por muchos intentos que hagan los defensores nacionales de la teoría neoliberal y todo tipo de asesores y mentores occidentales – no hay salida. Esto ha sido propiciado de todas las maneras posibles por los oligarcas del Occidente: apoyo de políticos pro-occidentales, préstamos en condiciones favorables para ellos, etc. Para los oligarcas occidentales es mucho más rentable extraer materias primas y comprar productos baratos y de poco valor con el fin de crear un producto de alta tecnología y vendérnoslo a un precio monopolístico.

Estas mismas tendencias continúan con la guerra que ha comenzado recientemente. En ambos bandos hay fuerzas que ven a Ucrania sólo como su marioneta dependiente, que sueñan con beneficiarse de la explotación de nosotros, los proletarios ucranianos, de la servidumbre del crédito, que también tendremos que pagar nosotros. Las reformas que se han aplicado bajo la influencia de nuestros socios occidentales ya han empeorado la situación económica del país. ¿Cuáles serán, pues, las consecuencias de las reformas que se nos exigen para obtener nuevos préstamos? Cada día de esta guerra sangrienta roba y esclaviza a las naciones, da rienda suelta a las manifestaciones de los peores rasgos humanos, al chovinismo más cruel, a la reacción más negra. No en vano Lenin escribió en 1915: «la guerra es la partera de la revolución». Pues es la guerra la que saca a los trabajadores de su vida ordinaria y les obliga a reflexionar sobre su difícil situación. La guerra actual es esencialmente imperialista en el sentido de que responde ante todo a los intereses de la minoría en contra de la voluntad de la mayoría. Esta minoría son los «emprendedores» que siempre negocian y dividen el mundo en su propio beneficio. Es una pena, pero estas guerras se llevan a cabo con las manos de los trabajadores.

Pero ahora que conocemos las causas de todo esto, nosotros, los trabajadores podemos contrariarles conscientemente con nuestra propia teoría y nuestras propias acciones revolucionarias. Sabemos que cada nueva explosión, cada nueva muerte genera ira y la tarea es volver esta ira contra nuestros verdaderos enemigos. ¡Ninguna guerra, salvo la de clases!

Notas

  1. RFU: Rabochiy Front Ukrainy (Frente Obrero de Ucrania) es una organización marxista cuya actividad se centra en la difusión de ideas comunistas y la preparación de cuadros para crear un partido de trabajadores (Nota del traductor).
  2. Por cuestiones técnicas no hemos podido traducir e incluir tres de las siete imágenes que contenía el artículo original. La primera imagen se trataba de un mapa con la distribución de la industria ucraniana, donde se veía claramente que la principal zona industrial es la cuenca de Donbass. La segunda imagen reflejaba que en el año 2020 la agricultura consituía un 9,3% del PIB de Ucrania, siendo este país el segundo exportador de grano a nivel mundial. En la tercera imagen aparecía una gráfica que desmenuzaba la ayuda financiera internacional proporcionada a Ucrania. Tan sólo un 5% se entregaron como donaciones, el resto – 95% – se trataban de préstamos que tendrán que ser devueltos con intereses. A la fecha de publicación del artículo (julio, 2022), la mayor cuantía de “ayuda” financiera fue prestada por la UE, seguida del FMI, EEUU y el Banco Mundial (Nota del traductor).
  3. RSSU: República Socialista Soviética de Ucrania (Nota del traductor).
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