Una de las islas más importantes del mundo, que rompió con su pasado colonial y neocolonial, que lleva más de 60 años de heroica historia de Revolución incesante en todos los terrenos y aspectos de la vida humana, luchando contra un bloqueo criminal impuesto por la cabeza de la serpiente imperialista que asfixia al mundo con su dominio brutal, es hoy noticia: se han producido manifestaciones contra el gobierno en la Habana. Estas manifestaciones que demandan «ayuda humanitaria» del extranjero por la difícil situación que vive el pueblo cubano en este momento de pandemia, señalan como responsable de tal situación a la Revolución, al poder popular y a su vanguardia, el Partido Comunista de Cuba.
La hipocresía de estos hechos puede ser difícil de atisbar desde un país imperialista acostumbrado a considerar que la explotación del ser humano por el ser humano es lo natural, que la democracia es el poder de las multinacionales y demás capitalistas ataviado con un parlamento, armado con ejércitos extremadamente agresivos y armados con bombas nucleares, misiles inteligentes, cazas supersónicos, tanques y un sinfín de herramientas de muerte. Pero a pesar de las dificultades, debemos ver con la claridad del día que estás protestas son, de nuevo, una farsa y una desvergüenza, patrocinada por los Estados Unidos y sus aliados.
Estás manifestaciones han sido respondidas, en la misma Cuba, por un pueblo digno, que es ejemplar en todos los aspectos y que lleva siendo un faro para la humanidad desde que emprendió hace ya muchas décadas su camino de independencia nacional y su camino socialista. El pueblo verdadero, el pueblo patriota, el pueblo socialista, el pueblo solidario ha inundado las calles reivindicando una verdad internacional, que es aún más cierta en Cuba: ¡la calle es de los revolucionarios! Y así como lo reivindican, así lo demostraron en Sierra Maestra, en Bahía de Cochinos, en los cañaverales, en las industrias, en los CDR, en las universidades y en cada rincón de la isla. Y por si fuera poco defender la Revolución y llevarla hacia adelante en la misma patria, han demostrado que los revolucionarios están allí donde hacen falta, llevando su solidaridad con la máxima honradez y sinceridad, con el máximo ejemplo y la máxima humanidad, dejando tras de sí una estela que brilla con luz propia en toda Latinoamérica, en toda África y en todo el mundo. Su solidaridad internacionalista ha ido desde la lucha contra el imperialismo en los pueblos del mundo, pasando por la lucha contra los desastres naturales y sus consecuencias, por la alfabetización y educación en los rincones más inhóspitos del planeta, etc. Y en un momento tan crítico para el mundo entero como es la actual pandemia desde las primeras semanas ofrecieron su ayuda solidaria a todo el mundo, incluyendo a Italia y España cuando estaban en su peor momento. Ese es el pueblo que ha salido a demostrar que las calles son suyas y no del imperialismo ni de los enemigos internos.
Las hipócritas manifestaciones que claman contra el poder popular se olvidan de denunciar el bloqueo que impide al gobierno adquirir jeringuillas y material médico para implementar rápidamente la vacuna que, recordemos, ha sido desarrollada y producida en su totalidad por la industria farmacéutica nacional cubana (¡y ofrecida al resto del mundo!), se han olvidado que la situación de la isla no se debe al socialismo, sino precisamente a que el imperialismo está imponiendo unos frenos al desarrollo económico que dificultan enormemente la capacidad de la isla de crecer económicamente, muy en contra de su voluntad. Cuando la gusanera interna y externa demanda ayuda humanitaria está demandando el fin de la Revolución, el fin del socialismo y el fin de la independencia. Está fingiendo querer ayudar al pueblo cubano mientras desea y trabaja por su derrota.
Aquellas personas que verdaderamente queremos ayudar a Cuba condenamos el bloqueo y la agresión extranjera, salimos a la calle a defender la Revolución, porque la calle es de los revolucionarios, que de ahí salimos y ahí seguiremos.
¡Basta de injerencia!
¡Basta de bloqueo!
¡Viva la Revolución!
¡Viva Cuba Soberana y Socialista!