A los 50 años de la fundación de la Juventud Comunista de Cuba
Un 4 de Abril de 1962 se forma la Unión de Jóvenes Comunistas, a raíz de la unión de varias organizaciones juveniles, promovida principalmente por la Asociación de Jóvenes Rebeldes, fundada tras el triunfo de la Revolución por el Departamento de Instrucción del Ejército Rebelde que por aquel entonces dirigía el Che Guevara.
El Che decía “un Joven Comunista debe de ser esencialmente humano, y ser tan humano que se acerque a lo mejor de lo humano. Que purifique lo mejor del hombre a través del trabajo, del estudio, del ejercicio de la solidaridad continuada con el pueblo y con todos los pueblos del mundo. Que se desarrolle al máximo la sensibilidad para sentirse angustiado cuando se asesine un hombre en otro rincón del mundo y para sentirse entusiasmado cuando en algún rincón del mundo se alza una nueva bandera de libertad”.
Evidentemente la Revolución Cubana no se habría podido mantener sin la participación de la Juventud en todos los ámbitos sociales. Su participación es la vanguardia de la defensa de la libertad y la dignidad de todos los cubanos y cubanas. Su labor entusiasta ha contribuido a fortalecer los valores de patriotismo, la solidaridad y el internacionalismo.
El 50 Aniversario de la UJC está sirviendo para profundizar acerca del papel de la juventud en toda la sociedad cubana. La idea es que sean los colectivos estudiantiles, laborales y comunidades las generadoras de iniciativas y propuestas, y que se realicen diversas actividades que puedan responder a las necesidades y expectativas de la juventud.
Hoy la juventud cubana enfrenta varios retos. Lograr un mayor aporte a la economía, la producción de alimentos y la sustitución de importaciones, es una prioridad para la actualización del modelo económico. Centenares de jóvenes profesionales, técnicos, obreros y trabajadores del sector no estatal tienen la responsabilidad de contribuir a encauzar la economía por los caminos de la eficiencia y la productividad, pues de esto depende la continuidad del modelo social.
En este punto, una de las cuestiones que se están valorando es de qué manera se moviliza a la juventud que se ha acogido al trabajo por cuenta propia, incorporándolos a las actividades y espacios que promueve la Juventud Comunista, en sintonía con sus intereses y los aportes que pueden brindar a su comunidad desde su oficio y actividad. Lo valorable es contribuir a su superación y formación jurídica, tributaria, ambiental, económica y social.
El desafío también está en movilizar a la juventud que no es militante, sumándolos a todo lo que hagan en el orden laboral, recreativo, político, profesional y participativo y de toma de decisiones, teniendo un contacto directo con ellos. La UJC cuenta además con movimientos juveniles y organizaciones estudiantiles que también están trabajando en ello.
En la Conferencia Nacional del Partido Comunista de Cuba se les responsabilizó en la atención a todos los niños, adolescentes y jóvenes, por lo que continuará siendo una actividad importante en la UJC, encontrando vías que se acerquen cada vez más a ellos y a sus problemáticas.
La UJC además estimula la creación y actividad de los colectivos, turnos y áreas juveniles en la producción y los servicios, la creación y trabajo de las Brigadas de Trabajo Juveniles. La iniciativa tiene una premisa: involucrar a los jóvenes, escucharlos y hacerlos parte de la construcción de lo que hay que hacer para avanzar. Es ante todo en cada centro sumar, participar plenamente.
La juventud cubana no está aislada ante el sistema capitalista que impera en el mundo. Es por ello que la UJC está en permanente debate las contradicciones que se llegan a dar a causa del volumen informativo exterior, que promueve patrones de consumo irracionales que intentan privilegiar lo momentáneo, lo material, el supuesto mundo del éxito fácil.
A ello hay que sumarle que la juventud cubana no ha vivido la misma experiencia histórica de las generaciones que lograron la Revolución, por lo que desde la UJC existe la responsabilidad de hacer lo que se dice en cada frente dando un verdadero ejemplo en el trabajo cotidiano, trasladando la historia de Cuba, sus valores y tradiciones, expresándolo en compromiso.
Ante todo esto también se plantea que la juventud se vea reflejada en la sociedad cubana, que la UJC le brinde el espacio y las armas para crear, transformar y avanzar, afianzando el entusiasmo, el conocimiento, la educación y la cultura.
Hoy la Revolución depende en gran medida de su juventud, que son cada vez más críticos, exigentes y profundos en la lucha contra las indisciplinas, la corrupción, el descontrol y otras dificultades. La Juventud Comunista tiene un privilegio que motiva las luchas de los movimientos juveniles en todo el mundo y es la posibilidad de participar en la solución de sus propios problemas, en el ejercicio del poder y en la conducción del desarrollo de la sociedad.
Son protagonistas de los procesos que el pueblo cubano desarrolla para preservar lo logrado en más de 50 años y hacer realidad el proyecto revolucionario.
Inmaculada Martín. CESC-Madrid